lunes, 11 de noviembre de 2013

A tercerizar, a tercerizar... ♫

 
No es que uno esté en contra de la tercerización per se, porque si no se cuenta con los recursos ya sea humanos, físicos o de conocimiento, la tercerización es apropiada. Pero no es el caso de lo que sucede en el área de informática de la provincia... más bien ocurre todo lo contrario. Como ya dijera en el post sobre el CUAD, sobran los recursos humanos, sobran los recursos físicos(al menos en las áreas cercanas a los funcionarios políticos -el resto está peleando para ver si le cambian su Commodore 64- ), sobra el conocimiento y, como se viene demostrando desde hace años, ¡sobra la capacidad! Sin embargo este gobierno está empecinado en dar a otras empresas el desarrollo del software provincial con contratos que van desde algunos miles de pesos a millones, todos salidos de los bolsillo de los contribuyentes(me imagino a Doña Rosa escandalizándose con esto que escribo como cuando lee lo que se gasta en AUH).
 
Quiero ser claro: lo grave es que a la vez que se terceriza se siguen pagando buenos sueldos a los informáticos(una categoría ingresante está cobrando cerca de 8 lucas), y se sigue aumentando la planta política en el área y siguen entrando paracaidistas a la informática, como fueron los resonantes casos de un abogado y una contadora que allá por 2008 pasaron al agrupamiento SPI(Servicio Provincial de Informática) porque, según cuenta la leyenda, eran el personal idóneo para una tarea compleja como la de proveer de calefacción un par de oficinas de la Casa Gris. Acá el decreto:
 
 
Usted del otro lado se preguntara cuál es la cantidad de sistemas tercerizados como para que este cristiano se venga a hacer un post al respecto..., pues son muchos. Desde sistemas de uso interno con herramientas que infringen la aun no reglamentada Ley de Software Libre, hasta las páginas que uno accede desde su hogar como cualquier hijo de vecino. Dejo como tarea(para mí) la lista de todo lo tercerizado pero voy a contar un caso puntual.
 
Hace cosa de dos o tres años se reunió a un grupo de informáticos de distintas sectoriales para seleccionar una herramienta de desarrollo de software. Entre las herramientas preseleccionadas estaba Genexus, un software desarrollado en Uruguay, caro y que era la única que herramienta paga en esa preselección. El grupo se acometió a la tarea de elegir, probando cada una de las herramientas propuestas. No se llegó a una elección por lo heterogéneo de las propuestas iniciales, pero si se llegó a una conclusión contundente: NO DEBÍA BAJO NINGÚN MOTIVO COMPRARSE GENEXUS... no sé si lo expresaron en mayúsculas, pero sí lo dejaron bien en claro.
 
Uno pensaría que lo primero que hizo la gestión fue descartar de plano dicha herramienta... pues no, al contrario, la gestión eligió la herramienta cara, de pago y desaconsejada completamente por el comité que la misma gestión formó. Ahora, ¿cómo se excusaron ante lo determinante de las conclusiones dadas? ¡Fácil! Enviaron una circular para que cada uno de los afectados al comité firmara diciendo que se aprobaba con emoción la compra de Genexus. Dicha tarea la emprendió el ahora Secretario de Tecnologías para la Gestión Don Javier Echaniz, un entusiasta de la tercerización y de Genexus(quizás le guste tanto porque es asiduo turista del país oriental).
 
Una vez comprado el software la gestión se encontró con el primer escollo(ya señalado por el comité) y es que no había gente capacitada para trabajar con Genexus, lo cual resultó en una excelente noticia. Activaron la máquina de generar humo, le hicieron creer(o eso creyeron) a todo el SPI que Genexus era la panacea  y decidieron darle el primer sistema para realizar con ese software ¡A UN TERCERO! La empresa adjudicataria fue una empresa (casualmente)rosarina, de nombre Valkimia que se abocó al desarrollo de un sistema muy simple de gestión de pautas publicitarias. En resumidas cuentas: el sistema se hizo, la empresa de desligó del mismo una vez que empezó a usarse, el sistema no anda(tiempo presente) para atrás ni para adelante y debido a eso acá viene otro lindo negocio(al menos para Valkimia): se decidió hacer jornadas de capacitación para tener personal que pueda trabajar en la herramienta en la que se gastaron una bocha de plata(obviamente la capacitación quedó en manos de la empresa rosarina). Así que salió todo como a este gestión le gusta: nada anda o anda mal, se gastó mucha plata y se hizo mucho humo y humo y humo.
 
La próxima tercerización quizás caiga en manos de Caruso Lombardi.
 
Ampliaremos.